Aprendizaje, acción invaluable que nos hace seres integrales día con día. Pero, ¿Cuál es la mejor manera de aprender?
Cada generación ha experimentado una forma distinta de aprender. El entorno y el contexto social, moral, económico, incluso político, ha determinado la forma en la que aprendemos. Los paradigmas sociales han sido determinantes en las metodologías educativas. Hoy vivimos tiempos de cambio. Así como nuestra sociedad cambia, es necesario que cambien nuestras metodologías de enseñanza-aprendizaje.
Afortunadamente, como institución educativa, hemos comprendido que debemos ser agentes de cambio, por medio de la innovación educativa y por medio de las metodologías educativas actuales, sabiendo que cada uno de nuestros estudiantes tiene una manera distinta de aprender, enseñamos con esa versatilidad que las diferentes inteligencias nos lo exigen.
Aprender haciendo. Está más que comprobado que el conocimiento adquirido experimental jamás se olvida. El aprendizaje basado en proyectos, e incluso, el aprendizaje basado en problemas, es una de las vías de mayor permeabilidad del conocimiento nuevo en nuestros estudiantes. El trabajo colaborativo es el complemento perfecto del desarrollo del aprendizaje tanto individual como colectivo. Fomentar esa sinergia en el aula, el compañerismo, el desarrollo social y afectivo, son elementos que facilitan el aprendizaje.
El alumno que hace aprende, el alumno que enseña a sus iguales, aprende dos veces. Los métodos tradicionales de enseñanza tienen como principal protagonista al docente. La pedagogía moderna ha devuelto ese protagonismo al alumno. En Fuente de Vida, el estudiante protagoniza el papel principal de su propio aprendizaje, bajo la orientación y guía del docente como mentor.
Bajo la filosofía de enseñar el saber, y el saber ser, nuestra institución brinda al estudiante la oportunidad de generar su propio conocimiento, tras un proceso de enseñanza-aprendizaje basado en la innovación, la meta cognición y la comprensión y aplicación de las inteligencias múltiples. Recordemos que el aprendizaje es un proceso dinámico y constante. La metodología debe ser acorde al estudiante. Debemos conocer las necesidades educativas de nuestros alumnos para saber cuál es la manera más adecuada de enseñarles.