En los últimos años en Colegio Fuente de Vida abrimos la puerta de la innovación a nuestros estudiantes y equipo de trabajo, debido a ello empezamos poco a poco a experimentar los cambios, una que se tenía de una educación tradicionalista a una en que el estudiante es el principal autor de su aprendizaje.
En ese cambio se pudo visualizar la necesidad de utilizar a un más la tecnología como una herramienta de apoyo en el proceso de aprendizaje. Para ese entonces recuerdo que varios de nuestros estudiantes mostraban en su rostro la emoción al saber que en el ciclo escolar (2019) podrían llevar su dispositivo al establecimiento y utilizarlo para fines pedagógicos que se tenían establecidos.
Los resultados de esta experiencia fueron satisfactorios con el cambio de metodología de enseñanza que se había empezado un año atrás, nuestros estudiantes se tornaron el centro del aprendizaje es decir que se volvieron protagonistas, autores de su proceso enseñanza aprendizaje.
Con los retos del Siglo XXI, se requiere el dominio de cualquier entorno tecnológico, una capacidad amplia de educación al estudiante en el dominio digital, dentro de un proceso de enseñanza y aprendizaje. Para esto hago referencia a lo que se dice en varios medios de comunicación la última vez que hablaron Steve Jobs y Bill Gates -dos de las personalidades más influyentes en el avance técnico y cognitivo de los últimos treinta años en el mundo- “sostuvieron que la individualización que permite la tecnología en la enseñanza es lo que marcará una revolución educativa”.
Este argumento me impacta sobremanera que ya se visualiza el día de hoy 10 años después, debido a la pandemia por COVID-19 que afecto en nuestro país desde marzo del 2020, ha generado diferentes cambios de rutina diaria, la movilidad o las interacciones sociales, sino en nuestra relación con la tecnología y diversas herramientas digitales que han sido necesarias para continuar nuestras diferentes actividades y en especial la educación. Sin duda alguna el confinamiento ha marcado un antes y un después en nuestras vidas y lejos de que esta situación sea un obstáculo nos ha fortalecido como institución educativa.
Como hice mención anteriormente ya teníamos la implementación de la tecnología y ahora en la nueva normalidad en la que vivimos se va comprendiendo el gran valor transformador y las oportunidades que brinda la innovación tecnológica en nuestro ámbito.
El contorno laboral ha cambiado para muchas empresas con la implementación de la tecnología de la oficina hacia el hogar, esto nos da una pauta que debemos de generar en nuestros estudiantes las competencias digitales que hoy por hoy se necesita para estar elegibles a una oferta laboral. Es por ello que como institución estamos en constante búsqueda de herramientas que fortalezcan a nuestros estudiantes para su éxito profesional.
No nos detenemos vamos por más.